lunes, 6 de julio de 2015

ENTREVISTA A SALVADOR DALÍ SOBRE EL RECUERDO EN EL VIENTRE DE SU MADRE

 
—Entonces, Dalí, ¿me decías que recuerdas los días amables y cálidos dentro del útero de tu madre, no?
 
—Cómo olvidarlo. Estar ahí dentro fue para mí más fructífero que la inspiración que me daría nunca mi hermosa musa Gala. Fue una etapa de gran regocijo en la que conocí el paraíso y el infierno. Estar en el vientre de mi madre, la visión caótica de un mundo oscuro pero amable. Un lugar de colores rojos, anaranjados, amarillos y azules.
Cómo no recordarlo. Paz como aquella no he vuelto a conocer, y la he buscado. He tratado de pintarla, he inventado lugares recónditos, he creado paisajes míticos, pero nada es comparable a lo que alguna vez viví. Sí, me podrás llamar loco, podrás no creerte la mitad de lo que te cuento. Tal vez siquiera una palabra, pero no es de mi interés mentirte. Ojalá tuvieras tú también ese pegajoso pero cálido recuerdo.
 
Sólo lamento el instante en el que terminó mi goce. La llegada a este mundo frío, a este mundo hostil en el que las llamas del infierno han alcanzado dimensiones de miedo y sólo dos o tres suertudos han probado brevemente las mieles del paraíso para renunciar por la ambición. Sí. Recuerdo los días que pasé dentro del útero de mi madre. Qué amables fueron los días dentro del vientre de mi madre.
 
 
FUENTE: Revista digital "Cultura Colectiva"

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