miércoles, 18 de junio de 2014

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

 
La primera noche
ellos se acercan
y toman una flor de nuestro jardín.
No decimos nada...
La segunda noche
ya no se esconden,
pisan las flores,
matan nuestro perro
y no decimos nada.
Hasta que un día,
el más frágil de ellos,
entra solo en nuestra casa,
nos roba la luna,
y conociendo nuestro miedo,
nos arranca la voz de la garganta.
Y porque no dijimos nada,
ya no podemos decir nada.
Autor: Vladimir Maiakovski (1893-1930)
Ilustración: Igor Morski (1960)

No hay comentarios:

Publicar un comentario